Argentina frente al consumo

 

 

 

 

 

 

 

La economista Guillermina Simonetta explicó el consumo de los argentinos en el newsletter de octubre del Instituto de Economía de la Universidad Nacional del Centro. Lo hizo en el marco de las expectativas causadas por los cambios en la economía nacional, como la jefatura del BCRA y planes de incentivos consumo como la reinvención de compras en 12 cuotas en algunos rubros.

Simonetta expuso que las medidas “buscan revertir los números rojos que vienen evidenciando muchos comercios y la producción de varios sectores en los últimos meses. Y es que el consumo privado había sido uno de los pilares básicos del modelo económico y, en los últimos meses, se ha evidenciado una importante merma en las ventas de comercios impactando en la dinámica y en las expectativas a futuro”.

La especialista recordó la contracción industrial del 4% anual con las pronunciadas caídas en productos de bienes durables (17%) y bienes de capital, planteando directamente una problemática a nivel macroeconómico que supera aspectos estacionales.

Otro aspecto destacado es la notoria “pérdida del poder adquisitivo de los salarios, afectando el poder de compra de los ingresos”. Adujo que los salarios del ámbito privado “crecieron un 26,5% en el primer trimestre del 2014, frente al mismo periodo del 2013, mientras que los precios subieron entre 35 a 40%”, considerando los datos no oficiales.

Analizó también la fuerte desaceleración del crédito al consumo que se ha producido. Según Simonetta, durante “2013 el consumo privado totalizó unos 1.901.991 millones de pesos, lo que equivale al 58,2% del PBI argentino, aproximadamente 158.500 millones de pesos mensuales en promedio. El sector que se ha llevado una proporción mayor del consumo de los argentinos ha sido alimentos y bebidas con un 33%, siguiéndole transporte y comunicaciones, en un 19%; vivienda y servicios básicos en 10%, indumentaria y calzados un 9%, esparcimiento 8%; equipamiento y mantenimiento del hogar 7%, salud 6%, enseñanza 3% y quedando un 5% en otros bienes y servicios varios”. Puntualizó que “entre enero y julio de este año la variación de las ventas de los comercios minoristas fue negativa en 7.4%, observándose un rojo desde marzo de 2012”, salvo alguna excepción.

Pero el punto caliente del análisis lo reserva para “la caída en las ventas de supermercados” durante 2014, caída que se magnifica en “congelados (-10,4%), cosmética y tocador (-7,8%) y artículos de limpieza (-7%). Solamente en agosto se cortó la mala racha, afirma Simonetta. En el mismo sentido señala que son los autoservicios los que se vieron más afectados, y por rubro, señala el rojo de electrodomésticos (-9.1%) e informática (-20.1%).

Simonetta no olvida a un sector que ha despertado gran interés en el gobierno, el automotor con una disminución del 23.6% en las ventas o el de motos (- 30.5%)

La economista tampoco olvida que todo proyecto de incentivos a las ventas tropieza con cuestiones tales como la inestabilidad laboral, lo que hace que “parte de la población queda fuera del circuito bancarizado y de tarjetas de crédito, reduciendo el potencial impacto de la medida en los sectores medios y bajos”.