Visión + medición = éxito

 

Mantener una visión clara de nuestro negocio es básico para la gestión empresarial exitosa. Pero también es necesaria la medición de nuestros objetivos, sin dilatar en el tiempo una herramienta que hoy podemos llevar a diario.

Para lograr nuestra apropiación de la visión de nuestro emprendimiento, primeramente la tenemos que definir, para que –a paso seguido- realicemos la planificación estratégica que proyecte los objetivos en forma clara, concisa y que sean medibles. El paso subsiguiente es determinar el conocido FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas).

Una vez que has planeado las líneas generales de tu proyecto, hay que establecer las tácticas, es decir qué vas a hacer, con quién, cómo, cuándo y dónde se van a implementar. Ahí sí, es hora de salirse del papel para poder comunicarlo a los demás integrantes (o idealmente, desarrollar todos juntos, para que sean parte).

Enfatizamos la cuestión comunicacional, debemos informar nuestras intenciones, así podremos conocer los avances, efectuar acciones correctivas y reaccionar a tiempo.

Nuestra visión debe ser conocida tanto por nuestro público interno (empleados) como el externo (clientes), ello podrá diferenciarnos de la competencia, sumarlos a nuestro proyecto, dar solución a problemas. El conocer a dónde vamos y las herramientas con las que contamos, nos permitirá tomar mejores decisiones y mejorar nuestra productividad.

 

Pero todo lo expuesto debe ser mensurable. Muchos esperamos un determinado tiempo, generalmente un año, para medir nuestros resultados a partir de los cuales se vuelven a tomar decisiones. Tal vez ese tiempo ya sea tarde para reaccionar.

Es necesario mantener el control de nuestra empresa, sus movimientos, sus cuentas, sus prácticas. Visualizarlas permanentemente es clave para el éxito.

Escribir, registrar lo básico de nuestra actividad (ventas, egresos, oportunidades, estacionalidad, horarios fuertes, todo ayuda).

Poner plazos. Tendrás unos para tus objetivos generales (3 a 5 años), pero el corto plazo (trimestral, por ejemplo), te dará herramientas para tomar acciones correctivas.

Por último, compartí la información, sea en forma de gráfica o de informes. Que todo tu equipo conozca la realidad del negocio, los avances hacia el objetivo, como también las deficiencias que vayan apareciendo. Ello hará que todos se involucren, que tomen la iniciativa, generen más compromiso y sugerencias para orientar la producción.