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Decisiones desesperadas para una economía de crisis

 

Cuando alguna de las persistentes crisis golpea puertas, el emprendedor, comerciante, pequeño empresario (PyME), poco tiene para recurrir a los recursos ahorrados, a la liquidación de dividendos o a inversiones previas. Una tras otra, las amenazas llegan para que tanto emprendedor como asalariados compartan dudas e incertidumbres y soluciones improvisadas.

Unos y otros saben que se encuentran ante la negativa preconceptual de ayudas externas. El crédito es esquivo, los fomentos son declaraciones vacías, la financiación inexistente, los impuestos omnipresentes, por lo que el camino es el de la sobrevida. Cuando el agobio gana a la razón, emergen proyectos mágicos como respuesta a situaciones desesperadas.

Algunos habrán visto el film “Los Lunes al Sol” (del español Fernando León de Aranoa), donde un grupo de hombres se enfrenta a las vivencias y situaciones emocionales o psicológicas que propone el desempleo, situación difícil de sobrellevar. Situación similar –ya con mentalidad emprendedora, aunque igualmente desesperada- emerge de la película The Full Monty (de Peter Cattaneo), en el que otro grupo de desempleados metalúrgicos decide buscar como forma de inclusión laboral el incursionar en el campo del strip-tease.

En Argentina los proyectos “desesperados” suelen visualizarse, muchas veces, destinados al fracaso. En otras, la “inventiva” es la que salva negocios enteros, y por ende, la historia de muchas familias. Carteles como “liquidación total”, “oferta por esta semana”, “vendo todo porque me rajo” o “liquidación total por desesperación”, suelen dar cuenta del real estado de ánimo de los emprendedores.

Como lo bueno, lo malo también se imita, y el efecto contagio comienza a esparcirse. También, cuando se visualiza un negocio que anda, otros “desesperados” intentan realizar lo mismo, hasta llegar al punto de hastío. Un ejemplo: cuando la ola privatizadora de los 90´s expulsó a los trabajadores públicos de las grandes empresas con los retiros voluntarios, ciudades como Berisso y Ensenada se llenaron de remisseras, locutorios y casas de comida, hasta llegar a un punto de saturación del mercado.

 

Vuelta a empezar. ¿Qué hacer ante la crisis? La mayoría intenta hacer lo erróneo, como apagar las luces, suspender la publicidad, si son fabricantes bajan la calidad de sus insumos, achicar, esconderse, agazaparse. Y no, suele ser el momento especial para poder mostrarse en la diferencia, desde lo actitudinal.

Pero hay negocios que son propios de la crisis, son los que triunfan en épocas de vacas flacas, cuando la liquidez de los bolsillos es escasa. Aunque sea en forma psicológica, la amenaza desata mecanismos de ahorro, y por ello oportunidades para quienes sepan adaptarse a la nueva realidad.

 

Arreglos y reparaciones.

Cuando la economía marcha bien las personas no suelen reparar. Pero cuando se revierte la situación, negocios como los de reparación de zapatos, ropa, artículos del hogar, levantan su volumen de ventas. Ante la falta de dinero para lo nuevo, se repara lo usado.

Otro sector en crecimiento es el de reparación de vehículos usados, tema al que se agrega gracias a la acumulación por renovación de unidades nuevas, hecho muy marcado en países del tercer mundo.

 

Reciclar y reutilizar

En economías como la nuestra hay sectores donde los productos se reutilizan para abaratar costos. Un caso típico es el de las tintas y cartuchos para impresoras. El mercado de la restauración gana terreno permanentemente, a lo económico se le suma la moda (por ejemplo lo ecológico o lo vintage).

 

Tiendas de descuento

Ya son conocidos los negocios de outleet y de segunda mano. Aunque existían, van ganando presencia, aumentan su visibilidad, se ubican en mejores locales. En muchos lugares crecen segmentos como la comercialización de artículos para bebés (cunas, carritos, etc.), que por el poco uso, pueden recomercializarse.

 

Un nuevo público

En ocasiones basta con posicionarse en un público distinto al que se ha tenido. La selección del segmento determina el sentido del comercio. Así si se observa que la clientela comienza a disminuir sus compras, tal vez haya que comenzar a ofrecerles otros productos, más económicos.

Pero hay que tener cuidado, porque siempre existe la posibilidad de concentrarse en un público de altos ingresos, y la crisis pasa inadvertida.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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