La Posada, ejemplo del tercer sectorBioseguridad en porcinos

 

El hotel La Posada emergió en un contexto de las cíclicas crisis de la Argentina. Marcelo Morales se enorgullece de la oportunidad que se le presentó en un contexto en que el país parecía caerse a pedazos. La diferencia la hicieron unos ahorros, el trabajo personalizado y saber enfrentar la situación.Marcelo Morales, uno de los responsables de La Posada“

 

Yo soy oriundo de Mar del Plata, pero mi socia –Claudia Dadante- es de aquí”, relata el empresario. Hace 22 años que es bolivarense, “empecé trabajando en el hotel Horizonte, luego abrimos el hotel La Casona (Goitías) y más tarde, hace doce años, comenzamos con el sueño de tener un hotel propio. Primero compramos unos lotes, los materiales y después le pusimos mano a la obra”. Ya levantado, “fuimos creciendo con gente que tenía trayectoria en hotelería, pero siempre tuvimos otro tipo de negocios, siempre reinventando, desde un restaurante, agencia de televisión satelital, lavadero de autos, química industrial, actividades con el campo, siempre metiéndome en siempre en diversos rubros”, de forma que la diversificación aparece como una fortaleza.

 

El tercer sector, el de servicios, parece ser la vocación del empresario. Pero lo de la hotelería no se inventa. Morales manifiesta que la idea se va consolidando a través “de la mucha gente que uno va conociendo en diferentes rubros y gremios. Esto te va abriendo muchas puertas, yo hablo con todos, tengo sentido de ubicación con ellos y buen diálogo. Los demás rubros han sido una alternativa para aumentar mis ingresos”. Pero La Posada es siempre el centro. La primera definición que hace de su emprendimiento es “hacerlo familiar, no trabajamos con parejas, es más de amistad, de familias con chicos, de viajantes con sus mujeres”.

Inmediatamente comienza a definir algunos de los servicios diferenciadores que pusieron a La Posada en la vanguardia del sector: “tenemos una pileta de natación, un gran parque para distraerse, un quincho con todos los servicios”. El quiebre que representa el hotel en Bolívar tiene una justificación, dice que pretendía “un hotel más exclusivo, principalmente para destacarnos frente a los ruidos que representan los hoteles céntricos. Es una construcción en planta baja, para no tener problemas con gente de edad, ni niños, ni con quienes tengan dificultades motrices, ahí hicimos el hincapié. También pusimos ventanas con doble vidrio para evitar los ruidos de la ruta, quisimos que todos tengan hidromasajes, servicio de frigobar, con aire y calefacción para que cada uno tenga su ambientación”, escapando a los sistemas de climatización central. Insiste con la necesidad de satisfacer a sus huéspedes, “desde un secador de cabello, a lo necesario para higiene, un flor como detalle, que anden todos los elementos, que haya un estacionamiento con seguridad, una confitería con servicio durante las 24 horas”. Agrega haber incorporado “un sistema de check in, check out, por el que tenemos un control de entrada y salida de la gente, también con una central de telefonía que tarifa solo, con servicio de wi-fi en todo el hotel”, lo que contribuye a otorgar beneficios a todos.

 

La definición del público cliente es una de las cuestiones a resolver en cualquier emprendimiento. El hotel se caracteriza por una total ausencia de publicidad, “creo en el boca a boca”, sostiene Morales. El cliente es seleccionado con distintos artilugios, lo cual “define la calidad de nuestra gente”.

El rubro de servicios ha representado un despegue en la Argentina de los últimos años. La hotelería se define por su dinamismo y competencia; sus cámaras sectoriales y asociaciones se caracterizan por su organización. Morales afirma concurrir a capacitaciones, a la vez que se lamenta de la poca unión existente entre los integrantes del gremio local, lo que les permitiría emprender acciones conjuntas, como son las compras comunes. “Yo soy el único que dialogo con todos”, manifiesta.

Un servicio se caracteriza además por recursos humanos consustanciados con el proyecto. Morales responde con simpleza, “al ser yo el organizador, los capacité yo mismo, ninguno proviene del gremio, y defienden el negocio como si fuera de ellos, yo me puedo ir tranquilo sin problemas”.

 

El turismo se ha potenciado en el país, impulsado por políticas gubernamentales. Morales afirma que ellos trabajan “mucho durante diciembre, enero, febrero y marzo, siempre con plaza llena, con gente que viene por muy poco tiempo, a dormir, pero que ya nos tienen como referencia. Al estar sobre la ruta evitamos que tengan que entrar a la ciudad, pueden dejar el auto con seguridad, tenemos un servicio de comidas rápidas, por lo que cena, duerme, desayuna y puede continuar su viaje”.

Al momento de las comparaciones, la mirada aguda y la selección en las imitaciones son realmente importantes. Morales se reconoce hombre viajado, “lo que me inspira a ver a los colegas en distintas partes del país, tratando de copiar lo bueno para poder implementar aquí”. Observa que “al ver falencias, me propongo que no nos pase a nosotros”.

 

Con 14 habitaciones, el hotel logra el desarrollo suficiente para transformarse en un emprendimiento exitoso. Sin publicidad, más que “una tarjeta personal y las recomendaciones de nuestros clientes”. El empresario manifiesta no tener un sistema de satisfacción al cliente, pero que ha abierto las redes sociales a ese efecto, “tenemos un facebook en el que recibimos gratificaciones y alguna queja, que siempre es buena para seguir mejorando”. En ello destaca el rol de Claudia quien “está todo el día buscando los detalles, trabajando en la organización de la limpieza, para que no se escape nada y esté todo impecable”, finaliza.